Niña de 11 años conoce al donante de médula que le salvó la vida
Convertirse en donante es un increíble acto de altruismo, pero no es una decisión fácil de tomar. Sin embargo, cuando esto está bien pensado y se lleva a cabo, permite que otra persona viva una segunda vida y - en algunos casos - crea un vínculo increíblemente especial entre el donante y el que recibe, como en el caso de esta tierna historia.
Laila Anderson tenía tan solo nueve años cuando las visitas al hospital se convirtieron en parte de su vida diaria. Luego de 16 meses de exámenes y dos diagnósticos erróneos, la pequeña descubrió que tenía linfohistiocitosis hemofagocítica primaria del sistema nervioso central, una enfermedad autoinmune extremadamente rara que lleva a su cuerpo a producir demasiadas células inmunitarias, que estaban atacando a su cerebro.
via USA Today
"Era una niña llena de salud, hasta que un día todo nuestro mundo se dio vuelta", contó Heather, la madre de Laila. La pequeña es solo uno de los 15 niños en el mundo que han tenido una manifestación exclusivamente neurológica de la enfermedad lo que hizo aún más complicado identificar un diagnóstico. "En práctica mis células pueden luchar contra las cosas malas, pero no pueden dejar luchar. Entonces mis células inmunitarias comenzaron a luchar entre sí", explicó la joven.
El 16 de octubre del 2018 comenzó con la quimioterapia. Le tomó 10 semanas de tratamientos para prepararse para su única esperanza: un trasplante de médula ósea. En ese momento, solo quedaba esperar un donante. Aquí entró en juego Kenton Femlee, un estudiante de Medicina General que fue inspirado por su padre - que padece una enfermedad que daña al sistema inmunológico y por su maestro de escuela secundaria, donante de médula ósea. Estas experiencias lo inspiraron también a convertirse en donante.
"Esto realmente me ha influido para hacer mi mejor esfuezo y tratar de cambiar la vida de las otras personas, de manera que no tengan que pasar por lo que pasó mi padre y mi familia", contó el joven. Entonces entró a formar parte del registro de donantes. En el 2019, Kenton recibió una llamada que le cambió la vida: podía ayudar a una niña de 10 años, Laila.
El 24 de enero del 2019, Laila recibió su médula. Luego de un período de recuperación, la pequeña pudo regresar a vivir una vida normal. "Ahora soy como casi cualquier otro niño. Soy una alumna de sexto grado Voy a la escuela cinco días por semana. Lo único que diría que es diferente de todos los demás es que tomo algunos medicamentos y me hago análisis de sangre una vez por mes", explicó Laila.
El 5 de diciembre del 2019, durante un evento especial en St. Louis, Laila y Kenton se conocieron en vivo por primera vez. Antes de ese día, las dos familias se habían intercambiado numerosas cartas, formando ya un vínculo especial. Apenas se vieron, los dos jóvenes corrieron uno hacia el otro con un abrazo emocionante. El momento conmovedor fue grabado en un video que conmovió a la web.