Compra un vuelo en primera clase y una pasajera le pide que le ceda el asiento a su hijo: él se niega
Cuando se viaja -por placer o por trabajo- siempre se busca la máxima comodidad. Si se elige volar en avión o viajar en tren ya uno es consciente que se tratará de un recorrido de algunas horas y es por esto que se tiende a organizar todo lo mejor posible, para llegar a destino sin cansarse demasiado. Desafortunadamente no siempre los viajes pueden ser perfectos y esto sucede a menudo debido a las discusiones que pueden surgir entre los pasajeros. Es un ejemplo el caso de este joven hombre, que pidió consejos a la web para entender si exageró en negarse a cambiar de asiento a un niño durante el vuelo.
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"Hace meses, reservé un vuelo desde San Francisco a Nueva York y me di cuenta que acumulé suficientes puntos a lo largo de los años para poder comprar gratis un lugar en primera clase"...Incluso cuando vuelo en economy, pago siempre el adicional para seleccionar el asiento anticipadamente: 1) para estar seguro de no quedar excluido en caso de overbooking y 2) simplemente porque me gusta el lugar en la ventana. Soy un friki de la geografía y me gusta mirar el paisaje", explicó el joven.
El día de la partida el hombre se sentó en su lugar en primera clase. Poco después, se le unió una mujer y sus dos hijos en la misma cabina. "La señora me preguntó si podía cambiar de lugar para que su hijo pudiera disfrutar de la ventana. Si hubiera sido un vuelo en economy, probablemente le hubiera cambiado el lugar para que el niño pudiera tener la ventana. A pesar de que hubiera sido irritante dado que yo lo había elegido con antelación y la madre no. Sin embargo, le dije "no, lo lamento". No me sucede seguido volar en primera clase y no veía la hora de hacerlo, por eso no veía justo ceder mi asiento" concluyó el pasajero.
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"El niño se enfadó. La madre me miró mal y prácticamente trató de hacerme sentir en culpa por hacerme cambiar de lugar, pero yo simplemente la ignoré. Puedo incluso haber exagerado por haber rechazado hacer el cambio con un niño, pero al mismo tiempo cada pasajero tiene la posibilidad de elegir el lugar con antelación y si el pequeño quería sentarse del lado de la ventana, la madre tendría que haberlo reservado. Además, ¡sus hijos estaban volando en primera clase! ¡Algunas personas no podrán jamás volar en primera clase en sus vidas! Mi amiga piensa que yo estuve mal, entonces acudo a ustedes", concluyó el joven.
Los usuarios se pronunciaron a favor del joven: "Pagaste el pasaje y elegiste tu asiento en base a tus preferencias. No es un problema el hecho de que la madre te pidió que cambies de lugar, pero una vez que te negaste debió haber terminado allí. Francamente, el hecho de que el hijo haya hecho caprichos porque no podía tener tu lugar me dice que la madre debería enseñarle a sus hijos a aceptar también los no", escribió un joven. ¿Según ustedes quién tiene razón?
