Le prohíbe a su empleada usar el teléfono: cuando se queda atrapada en el ascensor nadie la ayuda
¿Cuántas veces deseamos que el destino nos haga justicia al menos en el lugar de trabajo? A menudo, de hecho, hay personas desagradables que descargan su insatisfacción en sus empleados solo para tener la satisfacción de tener todo bajo control, cuando en cambio no hacen más que crear un clima laboral pesado e improductivo.
Ahora bien, el destino cada tanto está del lado de los "buenos", como está demostrado por el simpático relato compartido online por una joven vendedora de una tienda de discos y películas.
via Reddit
"Encontré trabajo en una tienda de discos y videos cerca de mi casa: es un pequeño negocio familiar con tres sucursales en la ciudad. El trabajo es perfecto para mi. Horarios flexibles, pago decente pero el único inconveniente es mi supervisora, Amanda. Parecía no estar contenta de cómo fue a terminar su vida. En consecuencia, descargaba todas sus problemáticas sobre todos los que podía, especialmente con los empleados. No era ni siquiera amable con los clientes", explicó la joven.
La mujer trabajaba allí solo porque era la nuera del dueño. La vendedora entonces explicó su malestar a Ken, el dueño, pero él simplemente suspiró y le pidió a la joven que se mantenga lejos en lo posible. "Tuve la impresión que ni siquiera a Ken le importara mucho sobre ella, pero era su nuera", contó.
"Un día, estaba hablando por teléfono con un cliente por un pedido, cuando Amanda quería hacer una llamada. Me arrancó el teléfono de la mano, comenzó a gritarme y a decirme: "No usarás más este teléfono, ¿está claro?". Me mordí la lengua y respondí con un "Está bien". Un mes después, hubo otro exabrupto: tenía que ir al baño luego de siete horas de trabajo y Amanda comenzó a patear la puerta del baño pidiéndome que salga. Luego de llenarme de insultos me dijo sin medias tintas que no se me permitía dejar la sala mientras estaba de servicio", escribió la chica agregando que, aún una vez más, respondió con un "Está bien".
Luego el día del punto de inflexión: "Estaba en la sala acomodando los DVD cuando el técnico del ascensor me avisó que tenía que ir a buscar una pieza de repuesto para repararlo y que tardaría hasta las 7 de la tarde. Poco después vi que Amanda entraba en el ascensor por la puerta de atrás. Creía que se había dado cuenta de que no tenía electricidad sin embargo por un momento funcionó: lo suficiente como para bajar de piso y luego detenerse perfectamente en el medio de los dos pisos".
Amanda le pidió a la vendedora que fuera a ayudarla y ella, tratando de permanecer lo más seria posible, le respondió que no podía dejar la sala para no violar sus propias instrucciones. La mujer se enfureció y, al final, le pidió que haga una llamada para pedir ayuda. También en este caso, la vendedora respondió que no se arriesgaría a violar sus reglas usando el teléfono. "Me insultó por enésima vez, diciendo que estaba despedida", contó. Así, la joven finalmente pudo responder de la misma manera, antes de salir, dejar un cartel frente a la puerta con la escrita "Cerrados hasta las 19 horas por circunstancias imprevistas" y llegar hasta el jefe en el auto.
El señor Ken quedó sorprendido al verla en pleno horario de trabajo en su residencia y le preguntó qué hacía allí. "Le conté la historia completa y de las reglas absurdas impartidas por Amanda. Luego le dije que se había quedado atrapada en el ascensor y que fui despedida". Ken miró a la joven vendedora desconcertado y luego comenzó a reirse: "Debería realmente ir hasta allí para que salga, pero estoy haciendo jardinería y ensuciaría todo el negocio", le respondió. Inmediatamente después, le aseguró a la joven que ese día laboral se le pagaría de todas maneras y que ella aún tenía su trabajo, mientras que finalmente se encargaría de Amanda hablando con ella y con su hijo.
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