Mesera llorando luego que un cliente le diera una generosa propina: "Le daré el dinero a mi madre"
Muchas personas se ven obligadas a tener que afrontar una serie de dificultades increíbles todos los días y se ven abrumadas por la presión de no poder estar a la altura de los problemas que la vida les pone por delante. El problema económico es sin dudas el más imperioso y es por eso que muchas personas hacen más de un trabajo para poder sobrevivir. Quienes trabajan como meseros, además, dependen mucho de las propinas de los clientes, -dinero extra que, al fin de la noche, se destina hacia el verdadero salario del día. En algunos países donde la propina es obligatoria, como en los Estados Unidos, todo eso es aún más cierto. Es por eso que una mesa de repente rompió en llanto cuando un cliente le dejó una generosa propina.
No sucede todos los días recibir propinas que superan una cierta cifra y es por eso que la mesera protagonista de esta historia quedó sorprendida cuando un cliente muy generoso le dio mucho más de lo que esperaba. El cliente en cuestión es, en realidad, un influencer que luego de haber superado un momento difícil de su vida decidió dedicar su tiempo a realizar acciones positivas y a ayudar a quienes más lo necesitan. Isaiah Garza vivía en la calle y era oficialmente un vagabundo, pero ahora tiene un canal de Instagram con más de 570.000 usuarios en el que muestra su dedicación para ayudar al prójimo. Isaiah le preguntó a la mesera que lo atendió cuánto quería de propina: "Mi pregunta para ti es: '¿De cuánto quisieras que fuera tu propina?'". La mujer le respondió sinceramente: "Honestamente, lo que tú puedas darme".
Pero Isaiah quería una cifra bien precisa y al final, luego de un poco de insistencia, la mujer dijo que 20 dólares la harían feliz. Isaiah, sin embargo, no se conformó con esa respuesta e instó a la mujer a que hable de sus dificultades.
La mesera admitió que tenía que pagar una factura telefónica de 50 dólares y también que debía comprarse un aire acondicionado nuevo, ya que no tenía uno. Isaiah, entonces, la sorprendió con una propina inesperada: 350 dólares para poder pagar esos gastos. "Lo aprecio realmente, realmente, realmente mucho", dijo la mesera emocionada, "Nunca me había pasado antes". La mujer luego admitió que no usaría ese dinero para el aire acondicionado y para la factura de teléfono, sino que se lo daría todo a su madre, la cual se encontraba en apuros con los gastos de la hipoteca.
Un acto de amabilidad sin pretender nada a cambio: necesitamos cada vez más en nuestras vidas, ¿no lo creen?
