Los hijos corren riesgo de perder la visión: los padres viajan con ellos para mostrarles el mundo antes de que suceda
Qué no se haría por los hijos. Cuántas veces hemos escuchado pronunciar esta frase y cuántas veces las hemos pensado y dicho nosotros mismos: infinitas. Y es así. Todos los padres nunca evitarían afrontar nuevos desafíos y sacrificios para el bien de sus hijos. Ya sea pequeño o grande poco importa, el objetivo de una madre o de un padre es el de que no le falte nunca nada y asegurarse de que su hijo esté bien.
De esta idea son los protagonistas de la historia que queremos contarles, dos padres que han emprendido un largo viaje por amor a sus 4 hijos. Les contamos mejor.
via CNN
Edith Lemay y Sebastien Pelletier son padres de 4 hijos: 3 varones y una niña. Mia, que es la más grande, tiene 12 años y ha sido la primera en tener un trastorno en la visión. Desde que era más chica, le decía a su madre y a su padre que no lograba ver bien. Al sospechar, los dos decidieron investigar y descubrieron que su hija tenía retinitis pigmentosa, trastorno que conlleva una degeneración en la retina.
Lo mismo le sucedió a los otros dos niños, Colin y Laurent, que presentaron los mismos idénticos síntomas. Al no saber qué hacer por falta de terapias adecuadas que pudieran prevenir tal patología y evitar que, poco a poco, sus hijos no vieran más nada o casi, Edith y Sebastian decidieron hacer algo importante.
"No sabemos qué tan rápido será, pero antes de que se queden ciegos, queremos hacer lo posible para que conozcan el mundo - dijo Edith- El médico nos dijo que les hiciéramos acummular muchos recuerdos visuales, pero no tenemos la intención de hacerlo solamente a través de libros e imágenes. Si tienen entender qué es un elefante y cómo está hecho, entonces mejor si lo ven en persona".
Así comenzó su aventura alrededor del mundo. Partiendo desde Montreal, la familia ya cruzó por varios países: Turquía, Namibia, Zambia, Tanzania y le mostraron a sus hijos muchas bellezas del mundo, pero no solo. "Viajar quiere decir conocer lugares nuevos, pero también entrar en diversas culturas -contaron- Interactuar con ellos, hablar, conocer sus costumbres, son todas maneras para apreciar la vida y darse cuenta de que incluso lo más pequeño puede ser la oportunidad correcta para ser felices".
Aparentemente los chicos reaccionaron muy bien y se acostumbraron rápido a la condición de "viajeros". Les gusta descubrir lugares nuevos y son muy curiosos, incluso sobre su patología. A veces, de hecho, según lo que dicen sus padres, hacen preguntas específicas para saber que les sucederá y para ellos todo es extremadamente normal, pero, por el contrario, muy difícil para los adultos: "Poco a poco entienden lo que está sucediendo y para los pequeños todo es sencillo, mientras que para nosotros no".
A pesar de todo, no tienen la intención de detenerse y, para sentirse cerca de las personas y dar, al mismo tiempo, consuelo a quienes se encuentran en la misma situación, Edith y Sebastien crearon una página social, Le monde plein leurs yeux, en donde comparten las experiencias familiares y de viajes. Todo eso, obviamente, fue posible gracias a los trabajos de los dos que les permitieron apartar un fondo para afrontar con serenidad cada gasto.
Esperamos con todo el corazón que su vuelta al mundo siga de la mejor manera y que en un futuro no sea solo un recuerdo, sino que continúe y que estos chicos puedan aún gozar de las maravillas que los rodean y de su visión.