Anciana es sorprendida robando en un supermercado: "No se lo digan a mis nietos"
No es justo que muchas personas no puedan ni siquiera permitirse comprar el pan o latas de atún, alimentos básicos, sin embargo, parece ser esta la realidad en la que están muchos ciudadanos. Las jubilaciones son bajas, así como lo son los sueldos de muchos trabajadores, obligados a aceptar situaciones engañosas e infelices para ganar algo de dinero. Para muchos es prácticamente imposible quitarse algún capricho en el supermercado, tal es la desesperación. La protagonista de esta historia es una señora de 82 años que, desafortunadamente, se dio cuenta que no podía pagar las compras y que, para tener comida, se vio obligada a robarla. Pero veamos qué fue lo que sucedió en el supermercado.
Mientras estaba en los pasillos de un supermercado, una mujer de 82 años se dio cuenta que no tenía dinero suficiente para poder pagar por su compra. Aún con miedo, la mujer se vio obligada a tener que robar esos pocos productos alimenticios que había tomado para almorzar ese día. Además, se supo que la anciana vivía con una jubilación muy baja y que el pago del alquiler y de las facturas no le dejaba otra alternativa. Tampoco sus hijos estaban bien económicamente y es por esto que la señora prefirió cometer una acción ilegal antes que agravar la economía de sus hijos. Una situación sin dudas desesperante, que afortunadamente fue comprendida por el empático gerente del supermercado. Mientras estaba por salir del local, la mujer fue detenida por el gerente del local, el cual inmediatamente se dio cuenta de la situación y desistió de llamar a las autoridades. La señora, por su cuenta, de inmediato casi se echa a llorar y le dijo expresamente al gerente que no llame a la policía: "Le suplico, no llame a la policía. No quiero que mis nietos se enteren que la abuela es una ladrona".
"Cuando quiera venga aquí" le dijo el gerente del supermercado, "Unos pocos euros a mi no me cambian la vida, a ella espero haberle regalado una sonrisa". El hombre es consciente de la difícil realidad que muchas personas viven y por este motivo quiso explicarle la situación a sus empleados: "Pensé que podía ser mi madre, por eso le regalé lo que había tomado. No me siento un héroe, siempre he trabajado con sacrificio y honestidad y cuando puedo, intento ayudar a los demás". Un gesto realmente encomiable.