Niña autista se niega a comer su hamburguesa "rota": la mesera responde de una manera sorprendente
Un simple acto de amabilidad puede realmente cambiar el día de muchas personas: parece un detalle insignificante, pero para muchos no es así, al contrario, es algo extremadamente importante. Lo sabe bien la pequeña Arianna Hill, una niña de 7 años autista que le encantan las hamburguesas con queso.
En un día como muchos, se encontraba almorzando afuera con su hermana mayor Anna MacLean, de 25 años, la cual contó que la pequeña se encontraba cómoda en los restaurantes y siempre estaba entusiasmada en ir allí. Ese día y antes de que la mesera se acercara a la mesa para hacer el pedido, ella ya había expresado su deseo de tener una hamburguesa con queso, pero algo no salió como ella esperaba.
via ABC News
"Cuando la hamburguesa de Arianna fue entregada a la mesa, noté que mi hermana no la tocaba, sino que comia solo las papas fritas. Sus habilidades verbales no son las mejores, pero logra decir cosas básicas", dijo MacLean. "Le pregunté por qué no comía y ella me respondió: "No la quiero. Está rota, quiero una entera". Me encanta pasar tiempo con mi hermanita, pero siempre estoy preparada para encontrarme con alguien que podría no ser tan comprensivo con sus exigencias personales", explicó Anna. "Nuestra mesera regresó y le pedí que agregue otra hamburguesa con queso a nuestra cuenta. Le dije que nos cobrara y ella respondió: "De ninguna manera. La pequeña tiene razón: la hamburguesa está rota, se tiene que reemplazar". "Fue muy dulce y complació a Arianna", continuó.
Durante la preparación del sándwich el director, Bradley Cottermole, se acercó a la mesa de las hermanas, se arrodilló frente a Arianna y le dijo: "¡Escuché que te hemos dado una hamburguesa con queso rota! ¡Lo lamento mucho! Te estamos preparando una totalmente nueva, no rota, ¡con pepinillos! Te llevaré papas fritas para comer mientras esperas, ¿ok?".
"Ha sido algo realmente importante. Estuvieron involucrados también los cocineros", contó Anna MacLean. "Cuando la trajo, Arianna dijo: "Oh, ¡gracias! Me trajiste una hamburguesa con queso entera". Se sentó, la miró y le dijo "Oh, te extrañé" y la besó una y otra vez". Divertida, Anna tomó una foto de la escena y decidió compartirla.
"Esta experiencia me ha conmovido. Sobre todo porque conozco personas que han tenido que irse de los restaurantes cuando sus hijos autistas molestaban. No me esperaba un comportamiento tan amable y compasivo por parte de Lauren y de Bradley. Todos, desde el gerente hasta el chef, han tenido un rol en lo que la mayoría de las personas pensaría que no es algo importante, pero esto marcó por completo la manera en cómo sería el resto de nuestro día", comentó Anna.
Un gesto sencillo, genuino y hermoso que cambió para mejor no solo el día de la pequeña, sino también la de todo el equipo del restaurante. Es verdad: a veces se necesita poco para ser felices y este episodio lo demuestra.