"Una vez por semana salgo con mi esposo sin hijos": 4 consejos para fortalecer el matrimonio
El primer año de vida de un hijo es el más difícil de afrontar para la pareja, considerando todos los cambios que se atraviesan y los ritmos particularmente intensos a los que se ven sometidos. Es precisamente durante este primer año, después de la alegría inicial de haber tenido un hijo, que la relación de pareja puede debilitarse. Los motivos por lo que esto sucede son muy comunes y es absolutamente normal que todas las atenciones estén dirigidas al niño. Eso, sin embargo, no debe ser una excusa para no comprometerse más en el matrimonio y sobre todo, no debe impedir a los padres que se realicen y que se sientan felices incluso en otros contextos que prevén el cuidado de sus hijos. Hay algunas precauciones que se pueden tomar para volver a tener un matrimonio sólido y feliz.
Al centrar toda la atención en el niño, se corre el riesgo de perder de vista todo el resto: la pareja y el propio bienestar personal. La falta de sueño te hace estar perpetuamente cansado y poco dispuesto incluso para aprovechar la mínima ocasión para salir o hacer algo diferente. Muy pronto, muchas parejas se dan cuenta que su relación parece haberse debilitado en el transcurso de un año. Si también ustedes se sienten en esas condiciones, no deben preocuparse, les sucede a la gran mayoría de las parejas, pero deben actuar para mejorar la futura situación. Les damos algunos consejos.
1. En primer lugar, sal con tu esposo o con tu esposa sin la presencia de los hijos. Intenta hacerlo al menos una vez al mes; puedes establecer un día especial y hacer que la organización de todos, especialmente de aquellos que deberán cuidar a tus hijos, sea más sencilla. No es un acto egoísta con tus hijos, al contrario: es un acto necesario incluso para su misma felicidad. Un niño que vive en una familia en el que los padres se aman y se llevan bien, será seguramente un niño más tranquilo que los demás.
2. Haz que tus noches sean sagradas. Después del primer año de vida, la rutina del niño debería ser más estable y deberías poder acostarlo en la cama siempre a la misma hora, no demasiado tarde. Eso te permite dedicar al menos un par de horas a algo propio o compartir con tu pareja una velada de a dos, como hace un tiempo atrás.
3. Vete de vacaciones sin hijos. Si tienes la posibilidad de desconectarte durante un fin de semana, deberías hacerlo. Deja a los niños con sus abuelos o con una persona confiable y vete junto con tu pareja. También esto no debe ser interpretado como un gesto egoísta, sino como una manera para estar incluso más enérgico y presente, como también amoroso, dentro de la pareja y de la familia. ¡El matrimonio y los hijos lo agradecerán!
4. Sé siempre tu prioridad. Eso no significa que amarás menos a tu hijo, sino que sabrás ser un padre equilibrado y amoroso. No esperar que tu hijo cumple 18 años o vaya a la universidad para seguir haciendo lo que te apasiona, porque luego podría ser demasiado tarde.
¿Estás de acuerdo con estos consejos? ¿Qué otros le darías a alguien que quiere mantener viva la llama de su matrimonio? ¡Escríbleas en los comentarios!