Mujer de 86 años se compra un billete de lotería y le promete al cajero que dividirá el dinero con él en caso de ganar
A muchos de nosotros nos gustaría ganar una buena cantidad de dinero en la lotería y acomodarnos de por vida, pero solamente muy pocos logran cumplir este sueño. A pesar de todo, hay personas que no se dan por vencidas y lo intentan día tras día, mientras que otras se acercan tímidamente al mundo del juego y desafían a la suerte por pura diversión.
Una de estas es la mujer de la que queremos hablarles, la cual, por casualidad y animada por el empleado del minimercado donde estaba haciendo sus compras, decidió comprar algunos billetes de lotería y darle una oportunidad. Estando en ayunas de cualquier información al respecto, la mujer confió en el joven y le prometió que en caso de victoria dividiría el "botín".
En un día normal, Marion Forrest estaba de compras en Nueva York y entró a un minimercado. Aquí, además de tomar lo necesario, se dejó llevar por una charla con uno de los empleados, Walter. Fue precisamente este último quien animó a la mujer a comprar un billete de lotería para probar suerte. El joven le explicó cómo funncionaba y le dijo que el premio había alcanzado los 500.000 dólares. Una cifra voluminosa de la cual la mujer no sabía nada, pero decidió seguir su consejo.
"Está bien, si gano, comparto la suma contigo"- con estas palabras la anciana saludó a Walter y regresó a su casa. Algunos días después se produjo la extracción y ella, sin imaginarlo en lo más mínimo, ganó. Es cierto, la suma era mucho más baja con respecto a los 500.000 dólares, pero de todas maneras estaba contenta. Si están pensando que mientras tanto se había olvidado de la promesa realizada, se equivocan mucho.
Marion, de hecho, recordaba muy bien el pacto con el vendedor y regresó hacia él para hacerle una sorpresa. El momento ha sido grabado por Heidi, la nieta de la señora y publicado en sus canales de redes sociales. En el clip se ve a la mujer entrar en el negocio sosteniendo dos globos y acercándose a la caja donde estaba el trabajador. "¿Ganaste?" -pregunta él, mientras que ella sonriente responde que sí. La alegría es incontenible y los demás clientes se dejan llevar por exaltaciones y aplausos de felicidad.
La señora había ganado 300 dólares, no mucho con respecto al premio mayor, pero había mantenido su promesa y esto ha sido lo que realmente emocionó a todos. ¿Quién en su lugar, de hecho, se hubiera recordado de lo que había dicho y regresaría al negocio para dividir la ganancia con un desconocido? Quizás pocos, quizás muchos, pero no lo sabemos, lo que sí es cierto es que ella lo hizo y le hizo honor.
Después de todo, una promesa es una promesa y siempre hay que cumplirla, a pesar de ser pequeña. Lo que importa, es no desilusionar al otro y Marion no lo hizo. ¡Felicitaciones por el ejemplo dado!
