"No puedo comprar regalos para mis hijos: deberé confesarles que Papá Noel no existe"
Cada persona, durante su propia existencia, vive momentos de intensa y maravillosa tranquilidad y otros, por el contrario, caracterizados por dificultades y obstáculos a superar. Se escucha a menudo decir que con la tenacidad y con mucha buena voluntad, se puede superar todo, pero hay períodos realmente difíciles que hay que dejar atrás.
Lo sabe bien la mujer de la cual queremos hablarles, una madre de 30 años que se encontró en un aprieto económico enorme y que no sabe cómo salir. Les contamos su historia.
via New York Post
Rachel Cameron es originaria de Escocia y es madre de 4 maravillosos niños, todos con una edad menor a los 10 años. Una familia numerosa que no es fácil de mantener, especialmente si el dinero escasea y se necesita reducir de manera drástica los gastos para poder "sobrevivir". Preocupada por la situación, la mujer se desahogó en la web y se dirigió a quienes, quizás como ella, tienen los mismos problemas, pero lograron encontrar una solución.
"Estamos pasando por un momento muy feo - contó- sólo quisiera que mis hijos sean felices, no quisiera que les falte nada y mi mayor deseo sería el que no se sientan diferentes a los demás". Sus consideraciones nacieron de la proximidad de la Navidad, un período del año en el que los gastos aumentan y es bueno hacer felices a todos con un pequeño regalo debajo del árbol. Algo que para ellos, aparentemente, no será posible.
"No puedo permitirme comprar regalos para mis hijos -confesó la mujer- me entristece el pensamiento de tener que decirles que Papá Noel no existe porque no encontrarán ningún regalo esperándolos ese día. Si alguien se encontró en mi misma situación, podría darme algún consejo para salir de él."
Los muchos usuarios que conocieron su historia prácticamente se dividieron en dos. Por un lado hay quienes comprendieron el malestar y le dirigieron unas palabras de consuelo, mientras que por otro lado llegaron numerosas críticas. "Me dicen que soy perezosa y que no quiero trabajar, pero no es así - contó la joven- Antes tenía un buen trabajo, pero desde cuando llegó nuestro último hijo, ya no tengo la posibilidad de hacerlo. Si tuviera una familia dispuesta a ayudarme, dejaría a los pequeños con ellos y yo iría a trabajar, pero así no puedo hacerlo. No pierdo tiempo durante el día, ser madre y ama de casa no es para nada fácil. Es verdad que no traigo a casa el sueldo, pero también es verdad que yo me encargo de mis hijos y no debo pagarle a nadie para que lo haga".
Los esfuerzos por su parte y de su esposo son muchos, según lo que siguió contando, pero parecen siempre no ser suficientes y las dificultades no disminuyen. Nosotros esperamos sólo que puedan encontrar una solución que les permita vivir más tranquilamente y que pasen la Navidad que desean, sin incumplir los sueños de sus pequeños.