Viuda triste va de compras, pero le rechazan la tarjeta de crédito a nombre de su esposo: un "ángel" paga por ella
Cuando perdemos un ser querido, el dolor puede ser paralizante y se puede tener la sensación de que no podemos vivir como solíamos hacerlo. Está claro que se trata de un cambio forzado o al que, lamentablemente, hay que acostumbrarse para poder seguir adelante, pero seguramente no es para nada fácil. Para Marilyn Oettinger no ha sido fácil acostumbrarse a la ausencia de su esposo y durante mucho tiempo la mujer permaneció en su casa desgarrada por el dolor, consolada por sus hijos y nietos. Un día, sin embargo, decidió intentar seguir adelante, comenzando por las pequeñas cosas: haciendo las compras. Una experiencia normal, que incluso hacía tiempo solía hacerlo sola, pero que esta vez tuvo sus lados negativos. Afortunadamente, sucedió algo "mágico".
Flickr / Not the actual photo / Pedro Ribeiro Simões
Marilyn Oettinger, una anciana de Boston, quedó destruida por la pérdida de su esposo y pasó varias semanas sin una pizca de energía para sacar su nariz fuera de su casa. Un día decidió intentar ir a hacer las compras, una actividad que también cuando su esposo estaba vivo habitualmente lo hacía sola. Marilyn esperaba, por lo tanto, que esa experiencia le parecería más que normal a pesar del mal momento. En parte ha sido así, pero la situación se precipitó en el momento de pagar la cuenta en la caja. La mujer presentó la tarjeta de crédito para pagar la cuenta, un total de $109 dólares, quedando sorprendida cuando el cajero le dijo a su pesar que la tarjeta de crédito había sido rechazada. Marilyn no se había dado cuenta que la tarjeta de crédito estaba a nombre de su difunto esposo y que, por lo tanto, ya no tenía validez. La mujer no sabía que hacer: ¡no podía pagar la compra!
Un "ángel" en la fila detrás de ella intervino para ayudarla. El anónimo benefactor pagó la compra de la mujer y quiso permanecer anónimo.
Marilyn no sabía cómo agradecerle y naturalmente, le pidió una dirección para poder devolverle esa amabilidad, pero el hombre se negó. El hombre le dijo que no se preocupe, que a cambio sólo quisiera de ella una oración para él.
Marilyn y sus nietos intentaron localizar al hombre, incluso difundiendo la historia en la web, pero en un cierto momento se dieron cuenta que probablemente no quería que lo encuentren. De todas maneras le hicieron saber en una publicación que habían dicho muchas oraciones por él y que estaban profundamente agradecidos por su gesto.
Por un momento, el dolor de Marilyn fue aliviado por un gesto de bondad despreocupada.