Padre sin hogar vive en el auto con su hija de 10 años: policía decide ayudarlo
A veces la vida puede presentarnos períodos enteros difíciles, tan largos que parecen infinitos, pero afortunadamente también hasta las noches más oscuras llegan a su fin con el amanecer. Lo sabe muy bien el señor James Schwikhard, un padre soltero de 41 años de los Estados Unidos que se encontró viviendo en las calles con su hija de tan solo 10 años.
Todo lo que tenían era una pequeña camioneta, pero después de varios intentos de buscar un trabajo o una casa en Oklahoma, James pensó en mudarse a Colorado para encontrar una mayor suerte. Al no encontrar alojamiento, había comenzado a vivir con su hija dentro de la camioneta.
via Today
Llegaron al Estado de Colorado en verano y James inscribió inmediatamente a su hija a la escuela, mientras encontró un trabajo para sobrevivir. Los maestros de la hija comenzaron a sospechar que la niña vivía en condiciones precarias y le señalaron su preocupación a la Policía de Lakewood. El oficial Butler inmediatamente fue a ver lo que estaba sucediendo. Mientras tanto para James las cosas se estaban poniendo feas: su camioneta había dejado de funcionar y -al no poder ir al trabajo- es despedido. Cuando vio al oficial Butler, James hizo una mueca, temiendo que la situación precaria pudiera costarle la custodia de su hija, pero sin embargo sucedió algo inesperado.
La policía, sin embargo, alquiló una grúa por su cuenta e hizo reparar gratis la camioneta. El mecánico encargado de la reparación quedó tan emocionado por la historia del joven padre que decidió correr la voz para ayudarlo a encontrar un nuevo trabajo y una casa. En muy poco tiempo, James obtuvo cinco ofertas de trabajo y una casa con un alquiler sostenible. El hombre de 41 años aceptó con gusto una de las ofertas de trabajo y quedó incrédulo por la velocidad con la que la policía logró resolver los problemas que estaba soportando desde hace casi dos años.
La voz llegó a los oídos de toda la comunidad de Lakewood y casi todos los residentes ofrecieron ayuda económica, objetos de primera necesidad y todo lo posible para permitir que James y su hija vuelvan a empezar con el pie derecho. Alguien donó platos, otro una heladera, otro una cama, otros muebles y así sucesivamente. "Esto me devolvió la confianza en la humanidad. No tengo palabras para expresar toda mi alegría y mi gratitud", comentó James.
"Se trata de formar parte de la comunidad. Estoy sorprendido de poder haberlo logrado tan rápidamente. Siempre me enseñaron que hay que dar una mano más y no una menos. James hizo gran parte del trabajo para organizarse", explicó el sargento Dave Hoover: "Ahora depende de él, este es el punto de partida. Estamos seguros que continuará por este camino dando lo mejor de él", agregó.
A nosotros solo nos queda desearle mucha suerte.