Niña trae a clases unos zapatos que ya no usa: "son muy bonitos y quisiera dárselos a quien no tiene"
Relacionarse con niños es una experiencia maravillosa. Los más pequeños saben siempre cómo ser impredecibles y cómo dejarnos con la boca abierta y hay momentos durante los cuales logramos aprender mucho de ellos. Con espontaneidad, pureza de espíritu y dulzura, de hecho, se pueden realizar gestos más o menos grandes de los cuales no se puede evitar tomar el ejemplo.
Algo así sucedió en la historia que queremos contarles. En este caso ha sido una niña de escuela primaria quien le hizo una particular solicitud a su maestra. Descubramos juntos de qué se trata.
Mary Moraes vive en Cruzeiro do Sul, en Brasil y trabaja como maestra de escuela primaria. Fue precisamente ella, a través de una publicación hecha en su cuenta de Facebook, quien dio a conocer el gesto de una de sus pequeñas alumnas. Aparentemente, en un día escolar cualquiera, Isabela habría entrado al aula pidiendo a su maestra que hiciera el anuncio.
"Quisiera regalar a alguno de mis compañeros estos zapatos -dijo la pequeña- Ya no me entran, pero son tan bonitos y quisiera que alguien se los quedara". Una propuesta hacia sus compañeros que la mujer apreció mucho y la emocionó profundamente.
Inmediatamente después del anuncio, una niña de primer grado levantó la mano y dijo que calzaba ese número. Isabela, entonces, se acercó a ella, se arrodilló frente a su banco y, después de quitarle las sandalias, le puso los hermosos zapatos. "Todavía tengo que recuperarme de la emoción"- comentó Moraes.
¿Quién, después de todo, ante una escena así no se emocionaría, permaneciendo gratamente sorprendido por la amabilidad de la pequeña Isabela? Quizás pocos y su maestra no podía hacer otra cosa. "Transmitamos a nuestros hijos la importancia de amar, dar y respetar al prójimo, solo así tendremos un lugar mejor para vivir".
Palabras con las cuales Mary concluyó su publicación y que resumen a la perfección un pequeño gesto que contenía todo el amor posible. Esperamos, realmente, que cada vez más personas puedan tomar ejemplo de esta niña y que puedan asumir el mismo comportamiento en situaciones diferentes.
A nosotros solo nos queda felicitar a la pequeña Isabela y agradecerle por lo que decidió hacer.
