Son desalojados y no tienen dinero para una casa: se compran un barco
Todos soñamos, tarde o temprano, con coronar un gran sueño: tener una casa propia. Hay personas que logran hacerlo lo suficientemente rápido y otras que tienen que esperar mucho más tiempo antes de poder hacerlo. Lo que mayormente bloquea es la falta de fondos para invertir en una compra que, seamos realistas, no es fácil de afrontar ¿Qué hacer, sin embargo, si no tenemos el dinero suficiente, pero queremos a toda costa tener una propiedad para estar más tranquilos?
Los protagonistas de esta historia encontraron una solución original y al mismo tiempo muy económica. Veamos.
Dottie Turnbull y Tristan Van son una pareja de novios que viven en el condado de Cambridgeshire, en el Reino Unido. Los dos, de 21 y 25 años respectivamente, se encontraban ante un momento no precisamente positivo de sus vidas, pero supieron encontrar la solución ideal a sus necesidades.
Los jóvenes vivían hace más de un año en una casa, cuando el dueño del inmueble les dijo que tenía la intención de vender y que dentro de los 3 meses deberían dejarla libre. Inicialmente esto los desestabilizó: cuando habían entrado en esa casa, no estaba en buenas condiciones y habían invertido tiempo y dinero para que sea más habitable, pero luego se encontraron en la calle de la nada y sin suficiente dinero para comprarla. ¿Cómo resolver esto?
"Yo trabajo en el mundo del marketing -contó la joven- mientras que Tristan es peluquero y en ese momento no estábamos bien desde el punto de vista económico. Es cierto, podríamos haber pedido un préstamo, pero no era una óptima opción para nosotros. Luego tuvimos una idea. Desde cuando era niña -continuó- siempre me gustaron los barcos, pero nunca habría imaginado que, algún día, viviría a bordo de uno. Sin embargo, 4 meses después del aviso de desalojo, nos mudamos a la Tanglewood".
El barco, caracterizado por un largo imponente, le costó a la pareja 30.000 libras esterlinas. Antes de habitar en él tuvieron que realizar algunos trabajos de remodelación, pero mirando las fotos, parece que valió la pena. Los interiores de la "casa sobre el agua" son encantadores y no han tenido nada que envidiar a una casa clásica.
"La hemos transformado completamente -dijo Dottie- hasta incluso el espacio exterior fue hecho nuevamente: aplicamos césped sintético y pusimos sillas. También la cocina y el living cambiaron de aspecto y cada tanto agregamos algún detalle de color a nuestra casa. Me encanta la vida en barco, me gusta despertarme a la mañana y encontrarme inmersa en la naturaleza. Y además la vida diaria se hizo extremadamente flexible. Todos los días son una nueva aventura y podemos ir a todas partes navegando. Sin contar que todo cuesta mucho menos con respecto a una casa normal. Gastamos aproximadamente 4 libras esterlinas en gas, 20 en calefacción y 10 de electricidad por mes".
En definitiva, aparentemente, tomar una decisión drástica como la que tomaron ellos, no está tan mal y los dos también decidieron que, con el tiempo, intentarán transformar su nido en un bed and breakfast para conceder, a quienes tengan intenciones como las de ellos, de probar la experiencia antes de realizar cualquier paso.
¿A tí te gustaría?