Repartidor recibe un auto nuevo como "propina" para sus 31 años de honorable servicio
El trabajo -si es honesto y hecho con dedicación- siempre es digno, sea el que sea. No hay necesidad de cubrir roles prestigiosos o ganar una fortuna para sentirse realizados en el ámbito profesional.
Lo ha demostrado Robert Peters, un repartidor de pizzas de Tipton, Indiana, en los Estados Unidos, que hace su trabajo hace más de 31 años, siempre con la sonrisa en sus labios y con la máxima amabilidad. Por eso, recientemente ha recibido una importante sorpresa, cuando un cliente le dio una propina definitivamente superior a las expectativas.
via CBS News
Tanner Langley es un cliente habitual de la pizzería donde trabaja el señor Peters y a lo largo de los años, se dio cuenta de que el hombre realizaba su trabajo con pasión y dedicación, asegurándose siempre que sus clientes reciban el cambio exacto. "Conduciría durante 5 o 6 kilómetros por la carretera en una tormenta de nieve pare llevarte 15 centavos de cambio", contó. Pero ¿por qué haría ese gesto? "Por pura ética. No tiene la intención de que la gente sienta que deben darle propina", explicó el señor Langley.
Frente a tal compromiso, el señor Langley se sintió en deber ofrecerle al señor Peters una propina acorde con la calidad de su servicio, abriendo una colecta con la comunidad para proceder a la compra de un auto nuevo para Peters, dado que el suyo era bastante viejo. En tan solo dos días, los residentes de Tipton recaudaron 19.000 dólares, lo suficiente para comprar un Chevrolet Malibu rojo cubriendo también el seguro y la gasolina.
"Este es el tipo de impacto que el señor Peters tiene sobre las personas", comentó el señor Langley luego del éxito de la recaudación de dinero. Pocos días después, el señor Langley le regaló el auto nuevo al señor Peters, que quedó definitivamente sorprendido y emocionado por el gesto increíble de su comunidad: "No puedo creerlo, es casi casi irreal. No tengo palabras para expresar mi gratitud", dijo.
También la pizzería para la cual trabaja se sumó a la colecta, diciendo que el señor Peters es uno de los repartidores más fieles. "Es cierto, este trabajo no es algo a lo que aspire la mayoría de las personas", admitió Peteres. "En mi familia había personas que decían: "Quizás deberías pensar en algo más estable desde el punto de vista económico". Pero es mi objetivo en la vida: intentar hacer felices a las personas. Cuando le haces una entrega a alguien, podrías ser el único rostro que ve en todo el día", agregó. Su pasión y su extrema atención con los clientes lo hizo en un amigo de todos en la ciudad y le valió una maravillosa recompensa.