Recorre 1.000 kilómetros para encontrar a su novia que conoció en la web: ella no se presenta
Internet ha sido un hallazgo maravilloso, no se puede decir lo contrario. Ahora se hace todo a través de la web y la conexión súper veloz permite a cualquier persona mantenerse en contacto incluso a kilómetros de distancia o hacer nuevas amistades. No está dicho que estas, sin embargo, terminen bien, motivo por el cual podrían crearse situaciones no muy agradables.
Sabe algo de esto el joven de 18 años protagonista de esta historia, el cual, después de dos años de relación a distancia con una chica, quedó muy decepcionado cuando trató de conocerla en persona.
via Visao Oeste
El joven se llama Mateus y vive en Gravataí, Brasil. Su historia tuvo un comienzo muy romántico, el joven, de hecho, conoció a una chica en la web, comenzó a hablar con ella, entraron en confianza y emprendieron una relación a distancia. La situación siguió adelante durante casi 2 años, luego Mateus decidió que había que dar un paso más.
Así que se ocupó de algún trabajo ocasional, ahorró dinero y compró un boleto de autobús que lo llevaría a la ciudad de Luana, este es el nombre de su dulce mitad. Nuestro protagonista partió y recorrió 1.000 kilómetros para llegar a Osasco, San Pablo, Brasil, donde esperaba poder conocer personalmente a la chica.
Sin embargo, cuando llegó, tuvo una mala decepción: Luana, con la cual había hablado hasta hace unas horas, no se presentó en la estación del autobús y lo bloqueó de todos los canales de comunicación. Prácticamente había desaparecido y no había forma de contactarla. ¿Qué hacer en ese entonces?
Mateus tenía poco dinero en su bolsillo y no tenía forma de regresar a su casa: estaba bloqueado. Afortunadamente dos militares llegaron en su ayuda. Escucharon la historia del joven, trataron de consolarlo, lo apoyaron en una continua y tenaz espera de la joven, pero cuando vieron que ya no había esperanzas, le aconsejaron que vuelva.
Lograron juntar todos 90 dólares con los que Mateus compró el boleto de regreso y le hicieron un regalo para consolarlo por la mala situación en la que se había encontrado, a su pesar. Una historia que comenzó bien pero que lamentablemente no tuvo el final feliz que se merecía.
El uso de la web se ha vuelto cada vez más impotante en nuestras vidas y nos mantiene en contacto con todo el mundo, pero siempre hay que estar atentos, porque detrás de la pantalla pueden esconderse pequeñas o grandes trampas. Solo esperamos que este joven pueda superar cuánto antes la desilusión de amor y le deseamos que encuentre a la persona adecuada que se merece.