Se niega a ceder su asiento en el avión a una madre: "quería estar junto a su hijo, pero dije que no"
Viajar es una de las cosas más hermosas que se pueden hacer en la vida, se descubren nuevos lugares, se conocen diferentes poblaciones, nos enriquecemos tanto culturalmente como humanamente. Para que todo vaya por el buen camino y que no surjan problemas tanto durante el viaje como en la permanencia, es necesario organizarse lo mejor posible. Por ejemplo, cuando viajamos en avión y tenemos hijos, es normal apresurarse en reservar los asientos con tiempo, para no sentarse uno lejos del otro. Sin embargo, hay personas que no lo piensan y cuando están en el avión, se dan cuenta que estarán lejos de sus seres queridos.
Es en ese momento que llega la bien famosa solicitud del cambio de asiento, una pregunta que ya se está volviendo un hábito y que ha suscitado algunas polémicas. La historia que estamos por contarles es un ejemplo, pero en este casi y al contrario de lo que suele ocurrir, la joven protagonista se negó y recibió un total apoyo por parte de los usuarios de la web. Descubramos las razones.
Surya Garg es una joven estadounidense que compartió un video en su cuenta de Tik Tok en la cual habla de la petición, recibida durante un vuelo en el avión, que la hizo enfurecer. La joven contó que reservó un boleto con mucha anticipación y que pago más para asegurarse un asiento junto a la ventanilla, pero una vez a bordo, una mujer le pidió que se mueva para poder estar con su hijo.
"También a mi y a mi familia se nos ocurrió preguntarlo, cuando yo era pequeña - contó la joven en el video- pero este caso era diferente. El hijo de la mujer no era pequeño, tenía 17 años, prácticamente un adulto y podía tranquilamente viajar sin la madre a su lado. Si hubiera sido pequeño no me habría negado jamás, pero no me parecía correcto renunciar a lo que había pagado de más debido a su desorganización".
La falta de planificación, según Surya, es la única explicación que se le puede dar al asunto. Razón por la cual decidió negarse y permanecer junto a la ventana. Está bien la cortesía hacia los demás, está bien la disponibilidad de ceder un asiento y no hacerse demasiados problemas, pero no pensar en la reservación y llegar al avión convencidos que alguien se debe cambiar de lugar seguramente no es un buen comportamiento.
"Cuando le dije que no, la madre me miró con cara de disgusto -dijo la joven pasajera- y durante todo el viaje murmuraba frases poco agradables hacia mi persona. ¿Soy yo la que estuvo mal?". Pregunta a la cual respondieron muchos, apoyando a la joven en su rechazo.
"No, no has hecho nada malo" -este es el comentario unánime que le dio la razón a nuestra protagonista. En el fondo esa madre podría haberle pedido a otra persona o reservar el vuelo con anticipación para reservar los asientos que consideraba más adecuados, o simplemente podría haberlo evitado, dado que su hijo no era tan pequeño.
¿En su lugar hubieran hecho lo mismo?