Familia cría a una mascota durante dos años y luego descubren que no es un perro (+VIDEO)
Los perros son criaturas excepcionales que saben dar mucho amor y compañía dentro de las familias, no importa de qué razas sean: desde diminutos chihuahuas hasta gigantescos molosos, pasando por los fascinantes mestizos y cruzas, seguramente es una alegría tener un cachorro. Ciertamente es difícil conocer a todas las razas caninas, a menos que no tengas el título en Medicina Veterinaria.
Sin embargo, una familia creyó que estaba criando lo que parecía ser un mastín tibetano o al menos un cruce con esta raza de gran tamaño, descubriendo luego después de dos años de amor y cuidados que el gigantesco cachorro no era un perro.
via Mirror
La mujer que lo encontró, llamada Su Yun, llevó al animal a su casa a su pueblo en Yunnan, China. La primera señal que hizo que la familia sospechara fue su peso: el mastín tibetano puede llegar a pesar 150 kilos, pero después de un par de años el "cachorro" llegó a pesar 250 kilos. Otro extraño indicio llegó cuando el animal comenzó a caminar con sus patas traseras, mientras que las delanteras tenían uñas bastante afiladas.
Además, el "perro" siempre tenía hambre: "Comía todos los días una caja de fruta y dos cubos de fideos", contó Su Yun. El tamaño, el apetito y la postura llevaron a pensar a la mujer que su "cachorro" no era absolutamente un perro.
Intimidada por su tamaño cada vez más enorme, la mujer decidió llamar a las autoridades para ver si su mascota era o no un perro de gran tamaño permanentemente con hambre. Cuando llegaron, las autoridades confirmaron las sospechas de la mujer: hacía dos años que estaba criando un oso negro asiático.
Especie en protección en China, estos animales a menudo son vendidos en el mercado negro por enormes sumas de dinero y explotados de diferentes maneras. Afortunadamente el destino de este oso estuvo lejos de ser ominoso: después de dos años de amor y cuidados por parte de la familia inocente, el animal fue recibido por el Centro de Recuperación de Vida Silvestre de Yunnan.
A pesar de la docilidad mostrada dentro de la familia, el personal encargado de la recuperación se asustó bastante por el tamaño del oso, por lo que decidieron sedarlo antes de proceder con el traslado.
Afortunadamente todo salió bien y hoy en día el joven oso está viviendo libre y feliz en la reserva natural donde fue liberado.