Pierde unos 60 kilos en solo un año: fue suficiente respetar 5 reglas fundamentales
Tener un buen peso no es solo una cuestión de estética, sino también -y sobre todo- de salud: una persona con un estilo de vida sano tiene menos probabilidades de desarrollar patologías cardíacas o de sufrir colesterol o diabetes, pero cuando uno tiene mucho sobrepeso parece un objetivo casi imposible de alcanzar, pero cuidado con el "casi".
La historia de la joven Kiah Twisselman es una prueba perfecta para demostrar que a veces solo se necesita constancia y voluntad. La joven afrontó el sobrepeso durante toda su vida, pero el final logró perder casi 60 kilos, convirtiéndose en una personal trainer.
via People
Desde niña, Kiah ha luchado con su peso: también sus padres lo han hecho y por eso, era consciente de tener un alto riesgo de diabetes y enfermedades cardíacas, pero creía que no podía hacer nada para cambiar las cosas.
"Mi peso me frenaba de muchas maneras, tanto físicamente como mentalmente: elegía no hacer las cosas que me gustaban, como ir al lago o a la playa con amigos y la familia, porque me avergonzaba de que me vean con el traje de baño", contó. El episodio que empujó a Kiah a cambiar su estilo de vida y a perder peso sucedió durante un viaje en avión, donde descubrió que no se adaptaba bien al asiento.
En ese preciso instante la joven -en ese entonces de veinticinco años- se dio cuenta que al menos debía intentar hacer algo: "Sabía que había llegado el momento de dejar de ser víctima de las circunstancias y de tomar las riendas de mi vida, para poder convertirme en lo que siempre quise", explicó. En tan solo un año, Kiah logró perder 47 kilos y -hasta hoy- perdió hasta más de 58 kilos. Su recorrido no ha sido para nada lineal: hubo semanas en las que perdió más kilos que otras, otras en las que no perdió nada y otras en las que incluso ha ganado peso.
"Hubo muchos momentos en los que tuve ganas de rendirme. Este camino puede ser desalentador cuando no se ven los resultados por los que se está trabajando duro. Tuve que seguir recordándome a mí misma que los sueños que lograría valían la pena y que debía seguir esforzándome para cumplirlos, no importa el tiempo que me llevara", comentó Kiah.
La joven desarrolló cinco hábitos diarios que la ayudaron a perder peso: despertarse una hora antes y dedicarla a uno mismo, hacer al menos 30 minutos de movimiento (ejercicios o un paseo), renunciar a una comida poco saludable, beber agua y escribir 10 cosas de lo que uno está agradecido.
"Integrarme en estos hábitos simples me ayudó a crear una base sólida para mi estilo de vida saludable. Concentrarse en los pequeños pasos puede ayudarnos a escalar las montañas más altas con mayor facilidad", dijo. Un gran ejemplo de tenacidad y amor por uno mismo, ¿no lo creen?