Deja su trabajo y su casa repentinamente: se va a vivir a una cueva durante 16 años
La vida es lo más hermoso que cada uno puede tener. Se trata de hacer todo lo posible para preservarla y mientras dispongamos de tiempo y fuerza, se hace lo imposible para disfrutarla plenamente. Es también verdad que no siempre es posible hacer lo que nos gusta, sino que también hay que llevar hacia adelante los quehaceres cotidianos, como el trabajo, que nos permiten vivir. Sin embargo, hay quienes no logran quedarse "atrapados" en la rutina y quieren probar algo alternativo, quizás dejando todo en lo que estaban comprometidos.
Una situación así le sucedió al protagonista de esta historia, un hombre que abandonó su entera existencia para comenzar un nuevo camino en estrecho contacto con la naturaleza.
via The Sun
Daniel Shellabarger, de 48 años, conocido también con el nombre de Suelo, es un hombre que, desde cuando era joven, siempre tuvo una excelente relación con la naturaleza e intentó como pudo entrar en contacto con ella. Luego, un día, tomó una drástica decisión y cambió completamente el rumbo de su vida.
El hombre de Denver, Estados Unidos, estudioso de la antropología, graduado en la universidad de Colorado, con un buen trabajo, una casa y una vida muy respetable, decidió de repente que todo esto no era para él. El peso de la modernidad, la rutina diaria y el dinero lo estaban llevando a una dirección que no le hacía bien a su estado físico y mental.
¿Qué hacer para volver a tomar las riendas de su vida? Decidió dejar todo e irse a vivir a una cueva en Moab, Utah.
Tal experiencia ya había comenzado en los años 90, pero sólo en el 2009 tomó la decisión definitiva y desde ese momento todo fue diferente. Dormía como podía, en una cama improvisada, comía lo que la gente tiraba todos los días en la basura, pero esto, según lo que contó, no le causó graves problemas de salud.
"Tenía un trabajo en la ciudad, pero elegí vivir al aire libre -explicó- Jamás acepté dinero de nadie desde cuando preferí renunciar y vivir sin él. Decidí en un momento común de mi vida: estaba en Pensylvania, agarré el dinero que tenía en el bolsillo, entré a una cabina telefónica y dejé todo allí. Estaba seguro que entraría alguien y se lo llevaría, fue una experiencia mística -continuó en su relato- Me sentí libre, cerca de casa y en cualquier lugar que me encontrara, sabía que estaría cómodo".
Su aventura, sin embargo, se interrumpió cuando el hombre se vio obligado a volver a la "civilización" para ayudar a sus padres ancianos. Lo necesitaban y nunca daría marcha atrás, a pesar de haber encontrado finalmente su estabilidad.
Sin embargo, la experiencia, fue de gran ayuda para Daniel: logró juntar todas las piezas de su existencia y encontrar la paz interior de la cual necesitaba. Quizás inicialmente no fue fácil acostumbrarse a vivir en la precariedad y frugalidad, pero, al escucharlo hablar, parece que realmente era lo que más necesitaba.
¿Alguna vez les pasó de querer dejar todo y querer mudarse a otro lugar, quizás lejos de todo?