Madre apenas puede llegar a fin de mes, pero no renuncia a la compra de ropa de marca para su hija
Para nuestros hijos, se sabe, se haría cualquier cosa, sobre todo si hablamos de su bienestar. Las necesidades de los hijos varían en función de su edad obviamente, pero no hay que confundir los deseos de los niños, por ejemplo, con sus verdaderas necesidades.
Hacer sacrificios está en la naturaleza inherente de la paternidad y está bien así. Todo está en la prioridad que le damos y en cómo decidimos gastar nuestro tiempo y dinero para asegurarles la mejor de las vidas. La mujer de esta historia tiene una idea muy particular de cuáles deben ser las prioridades de su hija y adopta un estilo de vida particular para alcanzarlas.
via Legit
Carissa Spark es una madre de una niña, Lavinia, de apenas siete meses; vive con un subsidio del estado y le cuesta llegar a fin de mes. Lo que es increíble es que la mujer elige gastar el poco dinero que maneja, unos 180 dólares por semana, para comprarle ropa de marca costosa a su hija. No cualquier tipo de ropa, sino ropa de marcas lujosas como Louis Vuitton: "me aseguro siempre que a Lavinia no le falte nunca nada, desde comida obviamente hasta juguetes. Tiene todo, soy yo quien decidió renunciar a todos los bienes materiales para malcriarla" dijo.
Carissa, sin embargo, no hace simplemente sacrificios para su hija y especialmente para poder pagar la compra de esa costosa ropa para su hija: llega a hacer algo más.
La mujer renuncia a la comida. Prefiere tener una dieta poco saludable, pero muy económica, para tener el dinero suficiente para "invertir" en la ropa de marca para su hija: "sólo como sopa en caja y fideos instantáneos, pero si debo seguir viviendo en la pobreza para comprar sus joyas, probablemente lo haría", dijo Sin embargo, tiene que gastar cada centavo para poder pagar las facturas.
La niña, además, al ser realmente pequeña crece constantemente y muy veloz, teniendo por lo tanto una constante necesidad de ropa nueva de la talla adecuada. Pero esta ropa debe ser rigurosamente de marca: "cuando le pongo la ropa que le compro, me emociono por lo hermosa que es. Me hace estar tan bien. Para mí, vale la pena."
Quizás hay una explicación para el comportamiento de la mujer, que, seamos realistas, podría parecer un poco "excesivo".
La mujer no tuvo una buena relación con su madre: la define fría y "desapegada". "No éramos para nada unidas a pesar de ser madre e hija, parecíamos dos desconocidas. Cuando quedé embarazada me dije que sería una madre diferente de la mía, que siempre iba a ser una madre atenta y presente. Solo espero que cuando mi hija vuelva a ver las viejas fotos familiares, sepa apreciar todo lo que hice por ella".
Después de sus declaraciones en las redes sociales fueron muchos los padres sorprendidos por sus palabras: "como madre de tres hijas, esta es una de las manifestaciones más ridículas y absurdas de cómo se puede ser una mala madre jamás vista antes", dijo un usuario; "he visto niños crecer muy bien sin ninguna ropa de marca, estoy seguro de que los niños no lo necesitan absolutamente" agregó otro. Sin embargo, hay quienes se pusieron del lado de Carissa. Un usuario escribió: "Carissa está curando a su 'niña interior' tratando de ser la madre que ella no tuvo y que siempre quiso".
¿Y ustedes qué piensan de esta sorprendente historia?
