Docente no acepta su salario y renuncia: "es demasiado bajo, no puedo seguir adelante"
Todos nosotros hemos fantaseado al menos una vez con la profesión que nos hubiera gustado ejercer de grandes. Cada uno tiene sus ideas, preferencias y habilidades y lamentablemente no todos, cuando crecemos, logran hacerlo. Sin embargo, quienes lo logran, saben también lo maravilloso que es poder decir que se cumplió el sueño, lástima que no todo siempre es color de rosas.
Lo sabe bien la mujer en el centro de esta historia, la cual cumplió su deseo profesional, pero, como ella misma confesó, se vio obligada a abandonarlo. Descubramos las razones.
via Milenio
Diana Clarissa es una mujer mexicana que siempre soñó con ser docente. Era su verdadera vocación que, con mucho estudio y sacrificios, logró transformar en realidad. Durante muchos años cumplió ese rol, pero cuando llegó a un cierto momento de su vida, se dio cuenta que el amor no era suficiente.
Aunque existan cosas que nos apasionen, que nos hacen latir el corazón y que jamás quisiéramos abandonar, sabemos también que las concreciones y las tareas diarias, especialmente cuando uno tiene una familia, son muchas y no se las puede ignorar. Es por eso, entonces, que Diana se dio cuenta de lo insuficiente que era su salario y que no le permitía vivir en paz y tranquila. Motivo por el cual eligió dejar su amada profesión.
"Mi deseo siempre ha sido muy fuerte y siempre será así -dijo- el problema es que con esto no pago las cuentas, no voy a hacer las compras y no mantengo a mi familia. Cuando tienes una, te das cuenta de que el salario nunca es suficiente". Palabras con las que no podemos estar más que de acuerdo.
Cada uno tiene su propia vida y muchas, muchísimos gastos que afrontar y trabajar mucho sin poder afrontarlos no es para nada agradable. Es por eso que la mujer reportó su problema a la institución en la cual trabajaba, luego se tomó 6 meses de licencia, a la espera de que algo cambiara y al final decidió renunciar. No quiso sólo alejarse de la escuela en la cual prestaba sus servicios, sino que dejó completamente el trabajo de docente.
Sin embargo, una vez que lo hizo, no se detuvo y quiso hacer pública su historia, para que muchas personas supieran el trato que le tenían y las condiciones económicas en las que se encontraban muchos trabajadores de la escuela. Esto, obviamente, no se trata únicamente de este sector, sino de la gran mayoría. Hoy en día, se sabe que es raro encontrar trabajadores que sean recompensados adecuadamente por el trabajo que hacen todos los días y lamentablemente son cada vez más los que deben luchar para llegar a fin de mes.
Diana decidió no aceptar más esa situación y renunció, pero ¿cuántos tienen la valentía o la posibilidad de hacerlo realmente? ¿Tú qué piensas?