Niño de 12 años en busca de una familia es adoptado por los padres de su mejor amigo
Muchas veces las personas dan por sentado el hecho de crecer en una familia amorosa, pensando que es algo normal. De cualquier forma, en la mayoría de los casos, cuando crecemos y nos convertimos en adultos, nos damos cuenta que -mirando a nuestro alrededor- se pueden ver a muchos niños que no han tenido la misma suerte.
Lo sabe muy bien el joven Andrew, un joven de 12 años de Nashville, Tennessee (Estados Unidos), que ha vivido la mitad de su joven vida en hogares de acogida, soñando con encontrar una familia adoptiva que pueda amarlo y cuidarlo. Su historia es un ejemplo de cómo la vida a veces puede ser realmente impredecible.
via Today
Andrew fue dado en acogida con la familia Gill, donde inmediatamente se hizo amigo de Joc, un compañero suyo. Con él compartió la pasión por los videojuegos y por los dulces y con el paso de las semanas, los dos se hicieron grandes amigos. Los padres de Joc, Kevin y Dominique Gill, se dieron cuenta del vínculo entre Joc y Andrew y quedaron encantados.
La pareja siempre apreció la presencia de Andrew: "Es un jovencito muy dulce y educado! Es imposible no quererlos", comentó Dominique. El afecto que nació entre el joven y la familia Gill hizo que la pareja decidiera sin dudarlo cambiar su vida para siempre. En muy poco tiempo, pidieron la adopción oficial de Andrew.
Por mucho que quisiera, Andrew nunca tuvo el coraje de preguntar tanto a los Gills y la pareja mantuvo el secreto hasta cuando pudieron, organizándole al pequeño una maravillosa fiesta sorpresa: "Abrí la puerta y los encontré a todos allí", contó el joven, radiante por la noticia. Inmediatamente después de comenzar la fiesta, marido y mujer le hicieron a Andrew la fatídica pregunta: "¿Te gustaría ser nuestro hijo?". El joven aceptó con extrema felicidad, abrazando a sus padres adoptivos y a su mejor amigo (y hermano) Joc.
La familia entera festejó el momento con fotos, una torta y todo lo necesario para celebrar un evento tan esperado por el pequeño Andrew. Sólo podemos desearle la mejor de la suerte a esta extraordinaria familia y desearles lo mejor para el futuro.