Mujer deja el trabajo para dedicarse exclusivamente a la casa: "estoy al servicio de mi esposo"
La modernidad y la emancipación nos han acostumbrado a grandes e importantes cambios en el ámbito laboral, social y privado. La vida ha sufrido un progreso que a lo largo del tiempo nos ha llevado cada vez más lejos del estilo de nuestros padres y abuelos, pero no todos podrían estar contentos con ello. Hay personas, de hecho, que harían todo lo posible para volver a los usos y costumbres de hace muchos años y muchas veces, logran hacerlo.
Es el caso de la historia que estamos por contarles, donde en el centro está una joven mujer, esposa y madre, que decidió abandonar su carrera para dedicarse completamente a su casa y a la familia. Pero les contamos bien cómo fueron las cosas.
via Mirror
La historia tuvo lugar en Cheltenham, Reino Unido, donde Alena Petitt de 34 años decidió adoptar un estilo de vida años '50 y transformarse en una perfecta mujer ama de casa. Con una brillante carrera en el sector de marketing a sus espaldas, nuestra protagonista decidió dejar todo y unirse a un movimiento llamado Tradwife, donde se encuentran mujeres cuyo mayor deseo es el de ser amas de casa.
"Lo deseaba desde pequeña -contó Alena- cuando mis maestras me preguntaban que quería hacer de grande, siempre respondía: ama de casa. A lo largo de los años tuve una experiencia de trabajo en Londres, pero sentía que no quería estar allí. Luego conocí a mi esposo y todo cambió".
La pareja se conoció cuando ella aún estaba en la empresa y poco a poco decidieron formar una familia. En ese momento Alena sentía que no estaba cómoda y decidió renunciar a su rol de responsable de marketing, eligiendo permanecer un tiempo en su casa.
"Estaba en la búsqueda constante de otro trabajo, pero mientras tanto pasaba mis días en la casa, limpiaba, cocinaba y cuidaba a mi familia, mientras mi esposo salía para ir a trabajar -confesó- En un momento dado nos dimos cuenta de que yo estaba bien, las cosas en casa funcionaban, no había la necesidad de otro salario y así me puse al servicio de mi esposo".
De repente todo cambió: el hombre tomó las riendas de la economía de la familia y ella se quedó cuidando a sus hijos y manteniendo la casa ordenada. "Es él el que gana y es a él a quien debo pedirle permiso para comprar cualquier cosa para la casa o para mi, incluso si quiero un abrigo nuevo, debo hablar antes con él -contó- obviamente cada mes queda algo también para mi, una forma para reconocer mi trabajo y para mi está muy bien".
En definitiva, muchos años han pasado desde 1950, muchos fueron los cambios y el progreso dio pasos de gigante, pero aparentemente aún existen numerosas parejas y mujeres que prefieren "usar" un estilo de vida del pasado. Bien o no, no podemos ciertamente contestarlo, más bien aceptarlo.
¿Tú qué piensas de la decisión de Alena?