Denuncia a su esposa por no haberle cocinado el almuerzo: la policía llega armada y la arresta
La relación entre hombre y mujer es muy particular: es ciertamente una de las más hermosas que se puede experimentar, así como también puede transformarse en una de las peores "vividas". Por otro lado, compartir durante mucho tiempo con la misma persona, de un género opuesto y por lo tanto "diferente" por naturaleza, puede ser complicado. El secreto está en el respeto recíproco y en la constante comunicación encaminada a eliminar cualquier tipo de malestar y conflicto.
Sin embargo, a veces se llega al "punto de quiebre" y la separación para una pareja es inevitable. La historia de hoy es definitivamente original: marido y mujer se "enfrentaron" hasta llamar a la policía que se vio obligada a llevarse a la mujer con esposas. El motivo es bastante polémico.
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Gerardo, el esposo, denunció a su esposa Lina N, de 45 años. Y lo hizo porque ella no le "preparaba el almuerzo": "no me da el almuerzo, no me hace de comer, no me lava la ropa ni la plancha, no me cuida de ninguna manera". Les dijo el hombre a los oficiales de la policía.
Además confesó que fue amenazado en reiteradas oportunidades por la mujer que a menudo le ha gritado diciéndole que lo dejaría por un "mejor hombre". No es claro entonces si el caso en cuestión tiene que ver con violencia doméstica.
Lo que sí es cierto es que la delicada historia sucedió en Coahuila, en México y los datos con respecto a los episodios similares en este Estado son cuanto menos alarmantes.
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Según los datos del Sistema nacional de seguridad pública, reportados por la editorial El Siglo de Torreón, Coahuila ha registrado un aumento de casos de violencia familiar dramático: más de 12.718 denuncias en tan solo un año.
Si bien es más raro que las víctimas de estos abusos son del género masculino, esto puede suceder tranquilamente y quizás es lo que le sucedió a Gerardo.
El matrimonio, al menos el más "clásico", es un vínculo particular que utópicamente hablando, exigiría respeto y confianza recíproca. Pero no siempre el apoyo y la división de tareas suceden de la forma más equitativa, creando verdaderos conflictos. ¿Qué hacer, entonces?
De alguna manera debemos ayudarnos y seguramente jamás obstaculizarnos y en ningún caso y por ningún motivo, terminar en la violencia doméstica. La colaboración, equitativa en cada aspecto, debería ser uno de los pilares en los que asiente un sólido y sano matrimonio, pero también cualquier tipo de unión civil o simple convivencia. ¿Ustedes qué piensan?
