De trapeadora al pizarrón: la historia de la maestra que comenzó como empleada de limpieza
"Me gustaría, pero es demasiado tarde para mi": ¿Cuántas veces han escuchado esta frase? ¿Cuántas veces quizás ha salido de sus bocas? Lamentablemente es verdad que hay un "esquema" de vida que hay que seguir y que algunas cosas se colocan, por así decirlo, en un determinado rango de edad. En realidad esta es más una percepción que una verdad absoluta: es posible ir contracorriente y graduarse a los 70 años o cambiar totalmente de vida del otro lado del mundo a pesar de ser adultos y con una familia. En definitiva, nada es imposible, es sólo más complicado.
Pero si son determinados y decididos como la protagonista de esta historia, entenderán que nunca es demasiado tarde para perseguir tus sueños.
via G1.globo
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Roseli Kusster, de 45 años, decidió cambiar su vida. La mujer, nacida y criada en Rancho Queimado, pasó 32 años aquí, hasta que decidió que quería algo más. Roseli detuvo su camino de estudios desde muy joven: dejó la escuela en cuarto grado y siempre trabajó como mucama durante todos esos años.
Por lo que se mudó a una nueva ciudad, Florianópolis, con la intención de comenzar desde cero, "borrón y cuenta nueva", comenzar desde el principio. Inicialmente encontró trabajo en una escuela que la contrató para limpiar dentro del edificio. Pero luego sucedió algo que la hizo reflexionar.
Su cambio de vida estaba allí, entre los bancos de la escuela.
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Con la ayuda de un empleado de la escuela fue animada a terminar sus estudios y así se matriculó en la Educación de jóvenes y adultos (EJA) y logró terminar la secundaria a través del Examen nacional para Certificación de Competencias de jóvenes y adultos (Encceja).
Ahora la mujer tenía, entonces, la posibilidad de ir a la universidad y comenzar una formación más específica y es lo que hizo: se convirtió en una educadora para niños con necesidades especiales, incentivada por el hecho de ser madre de un niño de 10 años con autismo.
¡Al final Roselí volvió a la escuela donde antes limpiaba y fue contratada como maestra de apoyo! Actualmente sigue a dos alumnos y se ocupa de la educación especial para ellos. "¡Dejar esa escuela como mujer de limpieza para luego volver como docente fue una victoria!", comenzó orgullosa, la mujer después de cumplir su sueño.
Por lo tanto, todo es posible, independientemente de nuestros orígenes y de nuestra edad, por eso, si tienen un sueño que cumplir, vayan por él: nunca es demasiado tarde.