Se reconstruye durante años las uñas y de repente surge un problema: "Casi no puedo mover los dedos"
Cada vez es más habitual para las mujeres acudir a la llamada reconstrucción de uñas para tener una manicura perfecta siempre y estar lo mejor posible en cada ocasión. Son muchos los centros estéticos los que se ocupan de esta práctica, pero hay quienes deciden hacerlo ellas mismas comprando todo lo necesario. Ya sea de una forma u otra, lo que siempre hay que tener en cuenta es comprobar no ser alérgico al gel que se aplicará para evitar cualquier problema.
La protagonista de esta historia desde hace muchos años cuidaba sus manos de esta manera y nunca había tenido consecuencias en su salud, lástima que la última manicura no salió como siempre.
via Mirror
Lisa Dewey tiene 36 años y vive en Pattishall, West Northamptonshire, Reino Unido. La mujer estuvo en el centro de una historia muy lamentable debido a una "sencilla" manicura. Apasionada desde siempre del cuidado de las manos, la madre de dos hijos durante años se arregló las uñas con gel permanente que, cada tanto, reemplazaba con colores y matices nuevos. Durante mucho tiempo todo fue bien y ella no tuvo ningún tipo de problema, hasta cuando se dio cuenta de algo extraño.
Durante una de las últimas sesiones, la mujer vio que, apenas se quitó el esmalte, sus manos comenzaron a inflamarse. Inmediatamente se dirigió a un dermatólogo para saber lo que había sucedido y el diagnóstico fue "infección bacteriana". Nada grave aparentemente: crema y antibióticos parecían haber resuelto el problema, pero no fue así. Apenas la situación volvió a aparecer, de hecho, Lisa se hizo otra manicura y esta vez con consecuencias desastrosas.
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"Mis uñas y mi piel son como papel -confesó la mujer- se me salen con extrema facilidad de los dedos y casi que no logro mover bien las manos". Una reacción inesperada que puso a nuestra protagonista en un gran aprieto. Cada gesto diario se volvió complicado: escribir, lavar con champú a sus hijas, cuidarse a ella misma parece una tarea enorme. Cada movimiento le provoca dolor y la solución no está detrás de la esquina.
"Hasta incluso tuve miedo de perder completamente el uso de los dedos cuando aparecían los moretones, pero afortunadamente no es así -contó la mujer- Sólo quisiera advertir a las personas con respecto al uso de estos geles. Yo siempre lo hice, pero hay que tener cuidado y no abusar para evitar lamentables episodios. Puedo asegurarles que no es bonito".
La desaventura también fue motivo para Lisa de inseguridad en la relación con los demás. Al no poder esconder sus manos, pero no querer mostrarlas fue problemático, motivo por el cual quiso hablar de su historia para advertir a cualquier persona que decida trabajar en las uñas.
¿A ti alguna vez te ha sucedido algo así? ¿Qué consejo darías?