Una anciana recibe en su casa a un niño abandonado: años después, él tiene la intención de compensárselo
Los niños siempre logran sorprendernos de las formas más dispares gracias a su curiosidad y sensibilidad innata: es extraordinario cómo logran captar las emociones y las necesidades de los demás. Son capaces de captar esas señales no verbales que muchos adultos podrían no notar y responden con empatía, demostrando una preocupación auténtica para el bienestar de los demás, como si pudieran ponerse en su lugar sin esfuerzo.
Es una característica que por lo general asociamos a los adultos, pero que algunos pequeños logran mostrar con una naturalidad sorprendente. La historia que estamos por contarles es un claro ejemplo.
via Inspiredstories
El pequeño Ernesto es un niño muy apegado a su abuela: abandonado cuando tenía pañales, fue recibido sin demora por la mujer. Los dos vivieron en un barrio peligroso y querían fervientemente una vida mejor. Ocupaban una choza construida con materiales reciclados encontrados en la calle y su vivienda había sido construida ilegalmente en un terreno que no les pertenecía. A pesar de su difícil situación, la abuela de Ernesto se arrodillaba todos los días para rezar, buscando la presencia divina para obtener la felicidad.
Consciente de los enormes sacrificios que hacía su abuela para garantizarle todas las noches una comida caliente, un día el pequeño Ernesto decidió ayudarla a vender flores en la calle: el niño se esforzaba duramente para ganar el suficiente dinero para poder comprar lo que necesitaba para estudiar y convertirse en médico.
Recientemente, durante sus ventas en la calle, Ernesto llamó la atención de un creador de contenido llamado Aaron Murphy, quien se interesó por su historia. Juntos, visitaron la modesta vivienda de Ernesto, que profundamente impresionó a Murphy. Extremadamente conmovido, el influencer decidió hacer algo por Ernesto y su abuela. Abrió una recaudación de fondos para poder encontrarles una vivienda digna.
Murphy logró recaudar 49.572 dólares, superando el objetivo inicial de 45.000 dólares. Un total de 1.600 donantes contribuyeron a esta causa y su generosidad cambió para siempre la vida de Ernesto.
Cuando las donaciones comenzaron a llegar, Murphy decidió llevar a Ernesto y a su abuela de compras, una experiencia que nunca habían tenido antes. Viajaron a bordo de un lujoso SUV del presidente de El Salvador y visitaron grandes negocios, donde Ernesto pudo elegir libremente todos los libros y juguetes que quería.
Después de mucho tiempo, Ernesto finalmente encontró la alegría de ser un niño. Se mostró feliz mientras recorría los estantes, eligiendo entre juguetes, libros y material escolar para sus estudios. Posteriormente, Ernesto fue sorprendido con un regalo especial.
Una tablet para sus estudios. La abuela observó atónita los regalos que recibió: "Jamás podría haber comprado algo así. ¡Ahora finalmente mi pequeño Ernesto podrá tener la infancia que merece y podrá concentrar sus energías en sus estudios para cumplir su sueño de ser un médico! Gracias a todas las maravillosas personas que nos han ayudado", dijo llorando.
A veces la pequeña colaboración de alguien puede realmente hacer la diferencia en la vida de las personas.
¿Ustedes qué piensan?
