Entiende después de años por qué no se parecía a ninguno de su familia
El vínculo con la familia de origen representa un hilo delgado que entrelaza nuestras vidas: crea una conexión profunda y un sentido de pertenencia. Al compartir los antiguos orígenes y rasgos genéticos, puede dar un sentido de identidad junto a una red de afectos, tradiciones y recuerdos compartidos, que nos apoyan en momentos de alegría y de dificultad.
No todos tienen la suerte de conocer a su familia biológica, pero a veces el reclamo de los orígenes puede suceder de una forma totalmente casual: es lo que le sucedió al protagonista de esta historia.
via The Sun
Andy Perkins, un hombre de 73 años de un pueblo rural cerca de Buffalo, Estados Unidos, vivió gran parte de su vida sintiéndose extraño dentro de su misma familia. Desde joven, se dio cuenta de las diferencias con sus familiares: tenía ojos azules y cabello rubio, mientras que ellos tenían una tez más oscura y eran más altos. Además, su personalidad extrovertida contrastaba con la discresión de los demás miembros de la familia.
Durante su adolescencia, Andy comenzó a portarse mal en la escuela, principalmente debido a un grave trastorno por déficit de atención e hiperactividad (ADHD). En ese período, desarrolló la creencia de que había sido adoptado, aunque esta idea era considerada por todos simplemente como una rebelión adolescente. A pesar de las dificultades, su infancia ha sido en general muy feliz gracias al amor y al apoyo de sus padres, Shirley y Jim.
En el 2015, la hija de Andy, Candi Perkins Summers, decidió investigar sobre la historia de su familia. A través de una prueba de ADN realizada por ambos padres, descubrió que su padre no estaba biológicamente relacionado con los cónyuges de Perkins, pero notó una correlación genética con varias personas de apellido Robinson, residentes en otros países de los Estados Unidos. Al año siguiente, Andy fue contactado por un presunto primo biológico que vivía en la misma zona cerca de Buffalo.
Este evento confirmó aún más las sospechas de Andy sobre el hecho de no tener vínculos biológicos con sus padres. Posteriormente, una búsqueda más profunda llevó al descubrimiento de un annuncio de nacimiento de un hijo llamado Philip, hijo de Harold S. y Pauline McElwain Robinson, nacido el día anterior a Andy en el mismo hospital.
Andy finalmente se dio cuenta que lo cambiaron de cuna al nacer. Este hallazgo lo hizo sentir aliviado y también pensó que el pequeño Philip, fallecido a una temprana edad, era el hijo biológico de sus padres adoptivos.
La madre biológica de Andy, Pauline McElwain Robinson, era una técnica de laboratorio en un hospital de Warsaw y había fallecido en el 2015. Andy tuvo la oportunidad de ponerse en contacto con sus hermanos biológicos, Brian, Sally, Lisa y Doug. A pesar de la diferencia de experiencias de vida, encontraron muchas similitudes y se recibieron con los brazos abiertos.
Este nuevo vínculo familiar llevó a un sentimiento de paz para Andy. En el 2021, Andy y su hija Candi revelaron la noticia a Shirley Perkins, la madre adoptiva de Andy: la mujer reaccionó con serenidad y expresó gratitud por la situación. Hoy, Andy usa el apellido Robinson-Perkins para reflejar su identidad biológica y se considera afortunado en tener dos familias maravillosas y amorosas.
Su historia es un ejemplo de cómo el hallazgo de nuestros orígenes biológicos puede llevar a un sentimiento de identidad y pertenencia.