Una mujer perdió la vista de un ojo por un simple error que le puede pasar a cualquier persona
En la vida de todos los días cada uno de nosotros tiene diferentes hábitos y cosas para hacer que ya se llevan a cabo de forma automática y sin reflexionar demasiado. Forman parte de nuestra vida cotidiana que se nos escapa sin que se le dé demasiada importancia. Bañarse, por ejemplo, es una de estas. Refrescarse no es un acción que requiera demasiado esfuerzo: sabemos que sirve para algo y procedemos automáticamente. Pero cuidado porque incluso un gesto tan sencillo y dado por sentado puede esconder pequeñas y grandes trampas.
Lo sabe muy bien la mujer de la cual queremos hablarles. Una madre y abuela que vivió una mala experiencia debido a una ducha.
via New York Post
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Marie Mason tiene 54 años, vive en Sapcote, en Leicestershire, Reino Unido y repentinamente vio su vida cambiar debido a un grave problema de salud. Todo sucedió luego de una sencilla ducha. Como hacía muchas veces, la mujer se bañó, pero no prestó demasiada atención a un detalle.
Ella llevaba a diario los lentes de contacto y usaba los que duraban 30 días, no los diarios. Algo que hacen muchos y que resulta definitivamente cómodo. Lástima que no sabía lo recomendable que era quitárselos antes de bañarse. Mantenerlos bajo el agua, permitió que una extraña bacteria infectara uno de sus ojos y le provocó problemas en la vista.
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Acanthamoeba Keratitis, este es el nombre de la bacteria, está presente en el agua y a veces puede provocar solo irritaciones similares. En este caso, se metió entre el lente y el ojo, comenzando a infectar la córnea. Marie llamó inmediatamente al médico cuando se dio cuenta que algo no estaba bien, pero los numerosos cuidados y tratamientos llevados durante años no lograron salvar su vista.
"Pasé por momentos difíciles y dolorosos -contó- Fui sometida a muchas visitas, operaciones y tratamientos varios, pero no hubo nada que hacer. También tuve que dejar mi trabajo porque era complicado seguir adelante al no ver de un ojo e incluso andar por ahí, estar entre la gente y hacer cualquier cosa inicialmente era casi imposible. Con el tiempo, sin embargo, me acostumbré -continuó- y también volví a trabajar. No regresé a mi viejo trabajo, pero soy asistente en la empresa de mi esposo Jonathan".
Una vida cotidiana invertida y la pérdida de la vista por un ojo causada, si lo pensamos, por un gesto que todos hacemos a diario.
Es por eso el motivo de que Marie dio a conocer su historia y sin querer apuntar el dedo hacia alguiem, pidió a las empresas productoras de lentes de contacto que pongan en sus confecciones indicaciones más específicas con respecto al uso de los mismos. "No quiero que otras personas vivan mi situación y solamente así pueden saber cómo manejar el uso de los lentes de contacto de la mejor manera posible".
Si hay algunas dudas al respecto, por tanto, siempre es mejor pedir aclaraciones a un médico para evitar lamentables episodios.
