Un pueblo construido en la boca de un volcan : que cosa lleva a los habitantes a vivir alli?
Desde una vista aérea Aogashima aparece como una isla aislada en las aguas verdes azules del mar de Filipinas: un buen ojo reconocerá pequeñas casas y edificios dispersos en la vegetación. Es un pueblo que entró en funciones apenas visiblemente como una isla volcánica, aparentemente ajeno al peligro inminente. El volcán es de 380 km de Tokio dieron los últimos signos de vida en 1785, cuando su erupción se ha reducido a la mitad la población, entonces se compone de sólo 327 almas.
A 230 años después del evento en la isla se volvió a establecer un nuevo pueblo cuyos habitantes disfrutan de todos los beneficios de vivir en la boca de un volcán.
Aquello de lo cual se benefician los habitantes de Aogashima es un verdadero y propio centro termal natural: surgentes de agua caliente, energia geotermica en cantidad y saunas naturales.
Las construcciones presentes pertenecen esencialmente a pescadores y a ermitaños que han encontrado en Aogashima el lugar ideal en donde refugiarse.
Durante décadas, esta isla ha permanecido desconocido para el mundo entero, pero con la difusión de información a través de Internet muchos están viniendo a conocerla, provocando un aumento de la población: en 2011 los habitantes eran sólo 206, pero el número está creciendo año tras año.
Los hombres y las mujeres locales tienen una visión de íntimamente ligado a la vida: son muy conscientes de los riesgos de vivir en el borde de la caldera de un volcán, pero viven en paz al igual de la idea de no ser capaz de controlar la consecuencia o no al evento catastrófico que podría enterrar las cenizas y piedras toda la isla.
Vivir en la incertidumbre en cambio de una isla feliz y lejana de la vida de ciudad: aceptarias este desafio?
